Ella entró una noche en el bar de costumbre,
iba vestida toda de riguroso luto, venía borracha y sola, traía el gesto serio, y en las manos una corona de difuntos. El le había dejado, nos explicó serena, y había decidido considerarlo muerto, y brindar por su olvido y su descanso eterno, y celebrar su entierro de taberna en taberna.
me encanta la remera♥ jajaaj un saludo enorme ivi!
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